Este lácteo es rico en proteínas, calcio y vitamina D, nutrientes esenciales para el organismo del ser humano. Además, contienen probióticos -bacterias beneficiosas para la salud intestinal – “por lo que su efecto depende de la cepa probiótica que se encuentre presente en los productos”, comenta la académica de Nutrición y Dietética de U. San Sebastián, Paula García.
Claves para hacer la mejor elección
• Fijarse en el etiquetado nutricional y que éste declare las cepas probióticas que contiene.
• Seleccionar aquellos que no tienen azúcar añadida o que son endulzados con productos no calóricos.
• Si es posible, que sea una combinación de probiótico + prebiótico, pues le dará un valor agregado al producto creando un efecto saludable.
• También una buena alternativa es el yogur natural elaborado en casa, detalla la especialista USS.
Beneficios asociados al consumo de probióticos:
• Tratamiento y control de cuadros diarreicos, sean estos causados por medicamentos como antibióticos o por infecciones, como por ejemplo rotavirus.
• Útil para tratar la infección por helicobacter pylori y evita el re contagio con esta bacteria.
• Se ha encontrado asociación entre la microbiota intestinal y la obesidad, por lo cual el consumo de ciertas cepas de pro biótico sería beneficiosa para combatir y/o evitar esta patología.
• Varios análisis han demostrado que el consumo de yogur tiene un papel potencial en la prevención de la diabetes.
• Este lácteo puede tener efectos probióticos que podrían modular el metabolismo de la glucosa.
• Además hay estudios que indicarían que el consumo de yogur se asocia a composición corporal, es decir, menor peso, grasa corporal, circunferencia de cintura e insulina plasmática baja, evitando enfermedades como la resistencia a la insulina.