Muchos padres consideran que la mejor forma de educar a sus hijos es imponiendo reglas sumamente estrictas. Sin embargo, un estudio reciente sugiere lo contrario. Padres que educan a sus niños con un “puño de hierro” y no les permiten expresarse, están criando a personas irrespetuosas y rebeldes, con posibles tendencias a conductas delictivas como robar, lastimar a otros o consumir drogas.
“Los niños no ven a estos padres como una figura autoritaria, legítima y tienden a querer romper las reglas,” afirmó Rick Trinkner, investigador de la Universidad de New Hampshire. Sus descubrimientos serán publicados en el Journal of Adolescence.
Trinkner y sus colegas analizaron información proveniente de estudiantes de diferentes edades. Según el experto, los padres deben disciplinar a sus pequeños, pero también deben ser afectivos. Algunos padres autoritarios educan sin mostrar ningún afecto, mientras que otros permisivos demuestran demasiado afecto y ningún tipo de disciplina.
Ambos extremos son contraproducentes. De acuerdo con Trinkner, es importante encontrar el punto medio. “Desde mi punto de vista, lo mejor es ser un padre autoritario. Esto significa tener reglas claras de conducta, pero al mismo tiempo ser cariñoso con los hijos y respetar sus necesidades,” afirmó.
El primer paso es conversar con ellos. “Hay que permitirles expresar sus dudas o problemas con las reglas. Pero esto no significa que los padres deben ceder de inmediato,” afirma.
Los niños pueden tener voz, pero no voto. “Los infantes deben tener la oportunidad de explicar lo que sienten. Hay que escucharlos y luego explicarles la razón por la cual las reglas existen,” declaró Trinkner a WebMD.
Según la sicóloga Susan Newman, los padres deben comenzar a poner límites a sus hijos a una temprana edad y establecer reglas de conducta claras. La especialista es autora de varios libros, entre ellos “The Case for the Only Child”.