Según los expertos, los primeros estímulos durante la gestación proceden de la madre. Aunque es difícil precisar desde qué momento el feto es receptivo, se calcula que a partir de la sexta semana de embarazo, capta los ruidos rítmicos que lo rodean y que le resultan agradables, como los movimientos del líquido amniótico o el latido del corazón de su madre.
Algunas de las actuales teorías de educación maternal, sostienen que un embrión que se ha sentido mimado y amado, nacerá con más peso, comerá y dormirá bien, y su sistema inmunológico o defensivo estará más desarrollado, por lo que será más fuerte frente a las enfermedades. Y van incluso mucho más allá, al afirmar que esos niños serán más alegres, pacíficos y equilibrados.