¿En algún momento has vivido una situación incómoda y angustiosa que pone a prueba tus nervios ante la reacción de tu hijo gritando y pataleando por algo que no les gusta? La respuesta seguro que es sí. Realmente ese comportamiento común en los niños, es desesperante, bien porque queremos pararlo y no podemos o porque estamos en un sitio público y sentimos que estamos dando un espectáculo.
Aplicar las siguientes pautas te ayudará a ti y a tu pequeño a pasar mejor este escenario de estrés:
- Primeramente, permanece calmado: De este modo podrás responder a las emociones intensas de tu hijo de un modo más eficaz. Respira profundamente y aléjate de él unos instantes(siempre que se quede en un lugar seguro) para relajarte. Intenta permanecer firme y cariñoso.
- Procura que esté en un lugar seguro y bajo control: Puedes moverlo de lugar sin chillidos ni sermones y quitando de su alcance cualquier objeto que pueda lanzar o con el que pueda lastimarse.
- No tomes la costumbre de detener la pataleta con recompensas: Si lo haces de este modo, el menor aprenderá que los berrinches son útiles para conseguir lo que desea. Las rabietas son reacciones normales y atendiendo sus demandas sólo conseguirás tener más y más de estas situaciones . Debes permanecer calmado y dejar que la tormenta pase.
- No te tomes la pataleta como algo contra ti. Recuerda que tu hijo no está siendo malo, solamente le falta control sobre sus emociones. Si estás en casa, anda a otra habitación o toma un libro y haz ver que lo lees. De esta forma le envías un mensaje bien claro: “No estoy enfadado, pero no vas a conseguir manipularme con gritos y patadas”.
- Una vez pasada la tormenta, puedes probar lo siguiente:
- Deja que tu pequeño se calme y permítele un momento de silencio. Coméntale dulcemente lo que ha ocurrido y dile que a pesar de que su comportamiento no ha sido correcto, tú le quieres mucho.
- Ofrécele apoyo. Los niños necesitan amor después de una tormenta emocional tan fuerte. Es el momento en que aparecen lágrimas y suspiros mientras tu hijo deja fluir sus emociones. Permanecer abrazados sin decir nada, será de gran ayuda, tanto para ti como para él.
- Ayuda a tu retoño a recoger cualquier desorden que se haya creado. Cuando todos ya estén calmados, es el momento de poner en su lugar los cojines que han volado, los juguetes desparramados, etc…
- Perdónale, olvida y planifica para futuras ocasiones. Cuando todo vuelva a la normalidad, concéntrate en crear relaciones de confianza y, si es posible, en reconocer qué hecho ha llevado a la rabieta.
- La prevención es la mejor manera de hacer frente a las explosiones emocionales de los hijos. Los berrinches y pataletas suelen aparecer en momentos en los que los niños se han saltado una comida, se encuentran en ambientes no familiares o tienen a su lado adultos estresados. Si aprendes a conocer bien el temperamento y los ritmos vitales de tu pequeño, conseguirás evitar la mayoría de estos ataques de furia.